Hace un tiempo que dejé mis pudores de lado -aún están- para empezar a hablar de lo que creo que es importante. Y no solo para mí porque estoy hablando de algo que me gusta, creo que lo es también para todas las personas. Es lo que van a leer en esta nota y es lo que me importa de compartirlo por aquí. Agradezco el espacio dentro del blog de Ananké, en este rediseño de la marca, para poder contar algunas cosas y no es que sean re locas, re jugadas, pero sí que puedo sentir la exposición. A veces, es difícil hacerse cargo de lo que uno piensa, principalmente en temas tan sensibles como lo son los relacionados con el ambiente, atravesados por muchísimos intereses económicos. Y, además, que cuando aquello que nos gusta y nos atraviesa es atacado, es difícil no sentir el dolor, no quedar expuesto o no tomárselo personalmente. Es un trabajo ese en el que muchos y muchas que pensamos que el ambiente es importante, nos quedamos soldados al piso. Y empecé a hablar de lo que me gusta como un ejercicio para darme bola a mí. A creer en que lo que tenga para decir puede ser importante. Y justamente, parte de la sinergia con Ananké viene un poco por ahí, por el darse bola a uno mismo. Por otra parte, creo que es muy importante que las empresas incorporen al ambiente en el que vivimos como una prioridad y que no produzcan a costos ambientales altísimos. Que le busquen la vuelta y que proyecten trazabilidad para sus productos. Espero les guste!